CON FERNANDO LUGO, DIOS MALDIJO AL PARAGUAY

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Mas que bendecir al Paraguay con un gobernante, Dios no ha hecho otra cosa que maldecirlo con Fernando Lugo

Dijo Chamfort que lo único que impide a Dios mandar un segundo diluvio, es que el primero fue inútil. En el caso de sus enviados para redimir al Paraguay, podría afirmarse que un segundo emisario ya no sería necesario, dado que el primero, Fernando Lugo, ha sido totalmente inútil.
“Dios Bendiga al Paraguay” es un documental propagandístico dirigido por el francés Gregory Schepard que registra los momentos previos a la infortunada elección que llevó al cura Fernando Lugo a la presidencia del Paraguay, que hoy se encuentra totalmente desfasado a raíz de los escándalos por pederastia en lo que se vio envuelto posteriormente su principal protagonista, un fraudulento referente moral fabricado por grupos de poder arraigados desde hac e mucho tiempo en Paraguay. También se encuentra desfasado por el notorio fracaso que como estadista ha significado Lugo, catapultado al poder de manera absolutamente irresponsable por esos mismos grupos.
Para descubrir hasta qué punto fue engañada la opinión pública y la comunidad internacional, basta con conocer la catadura moral y los antecedentes de la mayoría de algunos de sus principales soportes mediáticos y políticos.

Los aliados vergonzantes de Lugo

Dicen los hinduistas que el problema no es con Dios, sino con los hombres a través de los cuales éste se presenta, y ello resulta palpable cuando repasamos la nómina de personajes que fueron instrumentados por el altísimo para “bendecir” al Paraguay a través de Fernando Lugo.
Uno de los principales aliados de Lugo en el ámbito del sindicalismo internacional fue Víctor Báez Mosqueira, único informante sindical de la dictadura paraguaya que figura en más de 250 folios de los archivos del terror.
Según el director propietario del diario ABC color, Aldo Zucolillo, uno de los principales responsables del desastre luguista es el Partido Liberal de Paraguay, dado que “ gran parte de su dirigencia ha sido cooptada por el luguismo sobornador, el cual, reeditando las mismas prácticas con las que el stronismo se “granjeaba” las voluntades de ciertos opositores acomodaticios, les tira unos cuantos huesos a los líderes liberales a fin de que estos mantengan controladas a las decenas de miles de adherentes de sus respectivas carpas”. 
Zucolillo tal vez olvida, porque es fácil, que fue precisamente su diario el que presentó con ardiente pasión a Fernando Lugo como salvador de la patria, de la misma manera que por muchos años defendió al dictador Stroessner que lo honraba “visitando su casa”.
Su empleado Julio Benegas, signatario de acuerdos con la AFL CIO, fue uno de los principales propagandistas del hoy procesado por corrupción Camilo Soares, y responsable de su lanzamiento al estrellato dentro del gobierno arzobispal, que terminó con el grotesco escándalo de los “coquitos de oro”.
Uno de los principales voceros oficiales profesionales del gobierno de Fernando Lugo es Humberto Rubín, quien viene ejerciendo ese papel desde los tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner, quien le retribuía con tierras que en lugar de ser destinadas a la reforma agraria, eran destinadas a premiar al animador de las bacanales del dictador en la “fecha feliz” de su cumpleaños.
Hoy Zucolillo es uno de los principales beneficiarios de las dádivas de Itaipú, según denuncia del sindicato de periodistas del Paraguay, así como Humberto Rubín está embretado a través de su mujer Gloria, honrada con el cargo de “ministra de la mujer” del misógino cura con hijos no reconocidos en todo el Paraguay y sus alrededores.
Si algo tienen en común todos estos grandes beneficiarios del gobierno arzobispal, es la vergüenza que hoy sienten de su engendro y la rápidez con la que lo niegan antes que cante un gallo.

Grotesca manipulación
Si algo ha quedado claro en Paraguay con la gran desilusión luguista, es lo pernicioso de la manipulación de la simbología religiosa en la política.
Amparados en la ignorancia, oscurantismo, el pensamiento mágico y la tradición misógina, un grupo de oportunistas se subió al carro de los vencedores colgado de la sotana de Lugo, un sacerdote que por entonces ya se encontraba marginado por su inconducta de la iglesia católica.
Conocida la verdadera identidad del farsante, no encontraron mejor solución para su bochorno que seguir repitiendo mentiras goebbelianas y montando engañosos operativos de prensa para confundir.
Sin embargo, las patas de la mentira se fueron acortando cada vez más arrebatando oxígeno a los embaucadores, pues como ya lo advertía Lincoln, no puede engañarse a todos todo el tiempo. El 70 por ciento de rechazo a la reelección de Lugo, quien según sus fans contaba en su momento con un 90 por ciento de aprobación, es elocuente en ese sentido.


Dios o un truco del diablo?

Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire acondicionado, reconoció el agudo filósofo contemporáneo Woody Allen, y muchos de los campesinos sin tierras y pueblos originarios del Paraguay estarán hoy pensando lo mismo.
Desde su llegada al gobierno, Lugo y su séquito han demostrado mucho mayor interés en negociados con tierras sobrevaluadas que en realizar una reforma agraria. Con respecto a los indígenas, para la mayoría de las ONG que acompañan al gobierno arzobispal, sólo son un instrumento para recibir millonarias sumas desde el exterior que terminan en los bolsillos de “grandes indigenistas” como Leo Rubín. Sobre la “tierra sin mal” que Fernando Lugo afirmó que buscaría para estos pueblos en varios de sus discursos, habría que preguntarse lo mismo que Allen sobre el más allá: a qué distancia se encuentra del centro de la ciudad y hasta qué hora está abierto.
El paraíso, obviamente, está reservado de manera exclusiva para los parientes , adulones y amantes de Lugo y para los familiares de las amantes ocasionales de López Perito y otros colaboradores cercanos.
Ya advertía el escritor y dramaturgo francés Jean Anouilh que lo terrible en cuanto a Dios, es que no se sabe nunca si es un truco del diablo. LAW